
Witold Gombrowicz [1965] Cosmos. Buenos Aires, Six Barrial.
Una novela policial de tinte simbólico cuyo narrador encuentra patrones misteriosos en las orillas.

Ann Druyan y Carl Sagan (1993). Sombras de antepasados olvidados. Madrid, Editorial Planeta.
Conjunto de ensayos sobre historia de la Tierra, especies compañeras y especulaciones sobre el rol de la humanidad.

Carl Sagan [1985] Contacto.
Única novela del astrónomo y divulgador científico. Narra la historia de una astrónoma y sus mensajes intergalácticos mediante radiotelescopios.

Stanislav Lem Diario de las estrellas. Buenos Aires.
Conjunto de relatos de uno de los autores más significativos de la ciencia ficción, narra las aventuras interplanetarias de un personaje en su nave espacial.

Úrsula Le Guin La mano izquierda de la oscuridad.
Una de mis novelas preferidas de la prolífica autora de ciencia ficción. Otra podría ser Planeta el exilio.

Emanuel Swedenborg [1749] (2004) Arquitectura del cielo. Buenos Aires, Adriana Hidalgo
Un conjunto de ensayos entre filosofía, cosmología y seres celestiales.

Alison Spedding (2004) De cuando en cuando Saturnina. La Paz, Editorial Mama Huaco.
Una de la saga de ciencia ficción andina escrita por la antropóloga inglesa y dirigente coquera.

Anthony Aveni. Observadores del cielo en el Mexico antigüo. Ciudad de Mexico, Fondo de Cultura Económica.
Un texto clásico de la arqueoastronomía mesoamericana.

Bernardo Arriaza (2016) Cultura Chinchorro. Las momias artificiales más antiguas del mundo. Arica, Editorial Universitaria de Chile
Un estudio sobre la población ancestral sudamericana que residió en la costa del Pacífico y llevó a cabo las momificaciones más antiguas de las que se tiene noticia en el mundo.

Viveiros de Castro. Cosmopolítica. Desarrollo, etnocidio y suficiencia intensiva. Rosario.
Un ensayo del antropólogo brasilero sobre otras formas de existencia en un planeta en emergencia.

Silvia Rivera Cusicanqui Un mundo ch’ixi es posible. Ensayos desde un presente en crisis. Buenos Aires, Tinta Limón.
La sochóloga aymara expone la etimología ch’ixi, correspondiente al gris medio o jaspeado que se ve a la distancia del encuentro entre el blanco y el negro, como una propuesta de pensamiento y práctica descolonizadora.