El primer campeonato de avioncitos lo organicé en la quinta de los padres del negro Bruzzone (Gustavo Bruzzone). Primero les mostraba el premio, un planeadorcito que lo llamé el Hasta lueguito en homenje a un viejo modelo argentino que se llamaba el Hasta luego. Llevé unas cajas con modelos de aviones de papel, planos y hojas. 

Los concursantes podían usar sus propios aviones, armar aviones en base a los planos que yo había llevado o podían usar los modelos que yo había armado. Fue una tarde maravillosa, asado, pileta, todo incluido.

El ganador no ganaba por tiempo de vuelo, como en los campeonatos de aeromodelismo, sino por la belleza del vuelo. Para juzgar eso estaba el juez, que fue obviamente Gustavo Bruzzone. Quien ganó fue Valeria Maculan y se llevó su premio.

Luego hice otros campeonatos, en los que la gente se podía anotar como concursante o como juezo jueza. Los siguientes campeonatos fueron en la residencia en la playa organizada en Ostende por RIIA, otro fue en la Bienal de Puerto Rico, en la playa. También organicé uno en la residencia Chivitella Rainieri, en un castillo del año 1000 en la Umbria, Italia, y me estoy olvidando alguno...