Manuscrito de Galileo Galilei
Primeros dibujos de la Luna luego de verla a través del Telescopio
Estos sencillos dibujos no solo cambiaron la astronomía, sino que lanzaron un desafío a las creencias aceptadas por la Iglesia católica romana. Durante varias noches de noviembre a diciembre de 1609, Galileo Galilei observó la Luna con un pequeño telescopio montado en un soporte destartalado sobre una mesa, en el campanario de San Giorgio Maggiore, en Venecia, e hizo bocetos de lo que vio de la superficie lunar. Más tarde, incorporó sus notas a aguadas en sepia que resumían cómo iba cambiando el disco lunar en sus distintas fases. Son las primeras imágenes de un mundo situado más allá de la Tierra.
En su libro Siderius Nuncius (El mensajero Sideral, 1960) Galileo describió sus observaciones: La superficie de la Luna no es lisa ni exenta de desigualdades y tampoco es esférica... al contrario, es irregular, llena de depresiones y protuberancias, como la tierra, con sus altas montañas y valles profundos. Al reconocer que la superficie de la Luna imitaba a la de la Tierra, Galileo refutó la creencia de que los cuerpos celestes eran perfectos, a diferencia de nuestro imperfecto mundo terrestre. De esa afirmación se desprende que tanto los cuerpos terrestres como los celestes pueden someterse al mismo análisis científico.